El primer libro
“Los Ángeles te hablan: Escúchalos”, fue el primer libro que publiqué formalmente, y también el que guarda muchas historias conmovedoras que no había contado todavía y que me gustaría poder contar porque creo que vale la pena leer como fue que este libro cobró vida, por decirlo de alguna manera.
Cuando me decidí a escribirlo, había pasado mucho tiempo desde que la idea de escribir un libro de mensajes de Ángeles había comenzado a rondarme. Nunca tenía el tiempo necesario para hacerlo, así es que los días y meses pasaban y no lograba plasmar ese deseo que no había dejado de tener importancia en mi vida pero que estaba algo relegado.
Entretanto seguía dando mis cursos, y haciendo terapias presenciales y a distancia, y fue aquí cuando comenzó realmente todo. Una alumna de entonces, que estaba atravesando un momento difícil de salud, me pidió que le hiciera sesiones de reiki a distancia, diariamente, pero además, me expresó su necesidad de saber que mensajes tenían los Ángeles para ella.
Yo sinceramente, no creí que pudiese recibir ningún mensaje, lo confieso, pues hasta el momento no sabía que tenía el don de canalizar. Soy totalmente clara en esto, pues tengo conciencia de haber progresado en este camino a base de esfuerzo de crecimiento interior, y de una manifiesta intención de alejarme de todo lo mundano que no sea extremadamente necesario de abordar, para abocarme con mayor pureza y exactitud a esta que ha sido mi verdadera vocación y que hizo que finalmente pudiera recibir mensajes de Seres de Luz como lo son los Ángeles.
Así fue como en cada sesión de reiki a distancia para esta persona, comencé a intentar el contacto con Ellos y de a poco, fueron llegando los mensajes de Ángeles, uno a uno, día a día. Me hacían saber sus nombres y me daban un mensaje específico, a veces más largo, y otras más escueto.
Al principio, no creí que fuera algo cierto. Pensé que era mi imaginación, mi subconsciente.
Luego, comprendí que cada uno de nosotros somos mensajeros y transmisores de mucho de lo que el otro necesita, y que alguien que ni siquiera sabía que yo tenía una capacidad tal, me hace un pedido porque en su alma había un recuerdo ancestral, que le decía que yo podría hacerlo, y a mi vez, yo, sin saber que podría hacer semejante tarea, de pronto me ví envuelta en un mundo celestial, repleto de voces etéreas que me expresaban lo que esta persona tanto necesitaba para su vida.
Una y otra vez, día tras día, y luego, los mensajes fueron surgiendo y entonces otras personas también los pidieron y pude canalizarlos para ellas.
Así fue como en un momento dado, tenía muchos mensajes que si bien habían sido canalizados para personas específicas, podían ser válidos para cualquiera.
De hecho yo misma lo pude comprobar, y fue allí donde comenzó todo, dado que un día, puse los mensajes todos mezclados, y medité, pidiendo recibir un mensaje, de esos que estaban allí, pero que fuera para mí, para la situación que estaba viviendo entonces, y pedí que ese mensaje me diera una orientación.
Tamaña fue mi sorpresa cuando al elegir como si fuera al azar uno cualquiera, pero con fe y mucho respeto por lo que eso significaba, encontré las palabras justas para las inquietudes que yo tenía.
Por supuesto, también puse en duda eso y lo atribuí a una mera casualidad.
Dejé pasar unos días y nuevamente hice lo mismo, de los manuscritos que tenía de todos esos mensajes y sin saber para quienes eran cada uno pues estaban muy diseminados por todas partes, pedí que se me diera uno Y nuevamente eso sucedió.
Pasaron días, semanas y meses y siguió sucediendo lo mismo.
Dadas estas circunstancias, decido preguntar a los Ángeles y a mis guías, con quienes ya me había familiarizado por entonces, si esta sería la mejor manera de armar el libro de mensajes de Ángeles que tenía pendiente, es decir, si sería válido colocar todos esos mensajes en un libro que pudiese ser de utilidad para otras personas que necesitaran establecer un contacto con Ellos y recibir una guía.
Se me dijo que sí, que efectivamente eso era lo que tenía que hacer sin más dilación, por lo tanto me puse manos a la obra.
Pasaron meses obviamente de pruebas, de compaginar absolutamente todo para que fuera algo que realmente pudiera servir a otros. Luego de armado el manuscrito original nuevamente puse a prueba este libro con mensajes que me fueron dados con una exactitud increíble.
Una vez que el libro pasó por su proceso de edición, cuyas peripecias no contaré aquí pues sería extenderme demasiado y ahondar en algo que no es el leiv motiv de lo que quiero transmitir ahora, fui invitada a participar de un evento en el cual me ofrecían realizar la presentación de este primer libro, y allí ocurrieron milagros realmente, cosas inesperadas, y eso me demostró que el libro tenía realmente algo mágico.
El primer día yo estaba sumamente nerviosa pues no sabía que repercusión podría tener un libro como ese, dado que claramente no era una obra literaria, ni lo pretendía ser, simplemente yo quería mostrar lo que los Ángeles me habían transmitido.
Pensé que haría una presentación formal del mismo, dado el contexto en el cual me estaba presentando, pero como siempre, los Ángeles, realmente tenían pensado otra cosa muy diferente para mi libro.
Surge en un momento en mí, tal como recibía los mensajes para cada día de terapia de la primera persona que me los pidió, un mensaje para mí y me decían que tenía que hacer una presentación diferente y demostrar al público presente cómo podrían utilizar este libro una vez que lo tuvieran en sus manos, y que debía de explicarles que era un libro totalmente “utilitario” y no un libro para “leer” sino para “utilizar” en el mejor sentido de la palabra.
Utilizar para recibir mensajes personales, para conectarse con los Ángeles y escuchar lo que Ellos tenían para decir.
Entonces, sucedió lo que nunca hubiera imaginado, pero que fue, ciertamente, maravilloso y que le dio al libro su real misión: a cada persona a la cual le hacía abrir el libro en una página al azar, pensando con antelación en lo que querían recibir, en una duda, pregunta, inquietud, necesidad, etc, el libro ¡respondía con mensajes apropiados a cada uno y que parecían escritos para cada persona en particular!
Podía parecer mera casualidad nuevamente, y sin embargo no lo era, pues una a una, cada persona presente en ese lugar, creyente o no, recibió su mensaje. Podía parecer algo raro, o tonto, pero era lo que estaba sucediendo.
La gente se emocionaba, muchos lloraba, no podía creer que un libro tan pequeño, tan humilde en su formato, tan simple aparentemente, pudiese contener una palabra muchas veces sanadora.
Y así fueron sucediéndose los días que duró ese evento de presentación y cada persona, sin haber hablado una con la otra, por si alguien pudiese objetar que sería simple “sugestión”, recibía el mensaje apropiado.
Luego vinieron otras presentaciones en otros espacios y siempre sucedió lo mismo. Cada vez, las personas sintieron lo mismo. Abrían el libro y había un mensaje para ellas.
Una vez, pasado bastante tiempo de todo esto, alguien me llamó y me contó una historia casi increíble: su madre, había caído en una depresión terrible, y estuvo casi al borde del suicidio, y ella, (quien me contaba este relato) un día caminando por la calle camino al sanatorio donde se encontraba internada su madre, mira hacia el piso y encuentra el libro, ¡tirado en la calle! Como si se le hubiese caído a alguien.
De inmediato, y sin saber de qué se trataba, se agachó y tomó el libro, y lo guardó en la cartera rápidamente, para que nadie se lo sacara. Intuía que eso era una señal y que a su madre le serviría.
Cuando llega a la habitación de su madre, saca el libro de su cartera y se lo muestra. Le cuenta lo que pasó, y la madre, que estaba en tratamiento siquiátrico, le pide que se lo dé. Ella por supuesto no se negó y se lo dejó en la mesita de luz, para que lo tuviera siempre a mano.
A partir de allí, cada día, esta señora que estuvo al borde del suicidio, comenzó a sentirse mejor, más alegre, con más fuerzas y ganas de vivir, hasta su total recuperación, cuando, días y meses atrás, antes del episodio de encontrar su hija el libro de los Ángeles en la calle, ella estuvo a punto de quitarse la vida, y sin esperanzas de ningún tipo.
¿podríamos llamar a esto un milagro? Tal vez, podría ser. Podría ser simple casualidad, pero sin embargo, los mensajes que esta señora encontraba cada día, según sus propias palabras, la fueron ayudando a sentirse mejor, pues le devolvieron la esperanza y la fe, la alegría, la inocencia, la paz. Su hija me lo contó así, y yo sí lo creí, porque sé que los Ángeles se manifiestan de muchas maneras y lo que a ella le sucedió solo podía demostrar una vez más su existencia.
Por eso, siempre digo que este libro no debe de ninguna manera ser leído de un modo convencional, y que hay que acercarse a él de un modo diferente, con fe, con simpleza, con el corazón y la mente abiertas, sin prejuicios de ningún tipo, sin la idea de “probar”, sin burla, sin desconfianza, sino todo lo contrario: creer que este libro ayudará, que te servirá de guía, que te hará entrar en contacto con los Ángeles de un modo fácil, simple pero sumamente verdadero y válido.
Este libro te servirá para conectarte con los Ángeles de un modo muy simple y claro, pues no tendrás que hacer una meditación profunda o tener el don de la videncia para lograr esa comunicación.
Simplemente se trata de escuchar lo que Ellos quieren decirte, y efectivamente, te hablarán sencillamente con las palabras del Espíritu.
Así, mágicamente casi, podrás comunicarte con Ellos y comprender sus mensajes.
Podría decirte que este libro te ayudará a encontrar la verdadera conexión con Los Ángeles pues de una manera sencilla, podrás comenzar a escucharlos, o si ya tienes la práctica encontrar una manera diferente de contactarlos.
Solo tienes que pensar en lo que te está preocupando o en lo que desees saber, aquietar tu mente, concentrarte, respirar profundo, para poder encontrarlos en un minuto de paz en tu día y allí, abrir el libro…
La página en la cual poses tu vista, te dará una respuesta u orientación para lo que estés necesitando.
Es cuestión de intentarlo, pero siempre desde el respeto y desde la actitud confiada, porque nunca se puede saber dónde los Ángeles dejarán un mensaje para nosotros.
©Marianela Garcet
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Registered: 2015-06-12 01:04:52 UTC
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